Lawrence, MA: Ciudad de los Condenados


Josué Hernández encabeza un esfuerzo de destitución en contra del alcalde.

NACIDO EN LA REPÚBLICA DOMINICANA, William Lantigua llegó a los estados unidos en 1974 con 19 años de edad y se instaló en Lawrence. Trabajó como técnico en la empresa Schneider Electric en North Andover durante 23 años al tiempo en que se desempeñaba como organizador comunitario y estratega voluntario de campaña en las elecciones locales. En 2002, fue elegido a la Cámara de los Representantes del Estado de Massachusetts por el distrito 16 Essex en Lawrence. Fue reelegido cuatro veces antes de anunciar su candidatura a la alcaldía de Lawrence en 2008. La victoria de Lantigua trajo nueva esperanza a la enorme población latina de la ciudad, ya que se presentó como un ciudadano que había llegado a Lawrence de la República Dominicana en busca de nuevas oportunidades. Un hombre alto y delgado de cabeza afeitada, Lantigua, ahora de 57 años, exhibe cierta torpeza encantadora delante de su público. Sin embargo, su semblante puede volverse frío de un minuto para otro y suele rodearse de una docena de hombres adustos, todos vestidos de trajes sueltos que parecen comprados de la tienda de segunda mano del politburó Ruso.

Lamentablemente para Lawrence, la persona política de Lantigua cambia tan rápido como su genio. En primer lugar, estaba su denegación de dejar el puesto de representante del estado, alegando que podía manejar los dos trabajos de manera simultanea—y ganar dos sueldos. (Por fin, en febrero de 2010, sus colegas en la Cámara lo echaron diciendo que renegarían a Lawrence los $35 millones en fondos de rescate si no renunciara.) Luego, en mayo del año pasado, se dio a conocer que Lantigua y su novia, Lorenza Ortega–que trabaja para la ciudad—aceptaron asistencia federal para pagar las cuentas de calefacción de su condominio. Cabe destacar, que el alcalde recibe un sueldo de mas de $100,000 dólares anuales, por lo que él y Ortega no califican para recibir la subvención de aproximadamente $1,165 dólares anuales que usualmente son destinados para familias de bajos recursos. Debido a lo anterior, Lantigua se molestó cuando los reporteros lo cuestionaron, y alegó no saber nada respecto a dicha ayuda ya que estaba enfocado en asuntos de la ciudad.

Mientras tanto, el alcalde ha prohibido que sus jefes de departamento, incluso los jefes del policía y bomberos, publiquen cualquier información o hagan declaraciones con la prensa sin su permiso previo. Dichas medidas que atentan contra la transparencia son la causa de las vastas relaciones tensas entre Lantigua y los departamentos de seguridad pública. En este sentido, el alcalde ha undulado que los bomberos reciben un sueldo por dormir y ha caracterizado la policía de Lawrence como “intimidantes” y “flojos.” No cabe duda que la actual administración heredó graves problemas presupuestarios del alcalde anterior, Michael Sullivan, sin embargo, la actitud desdeñosa de Lantigua no lo ha ayudado a ganar puntos con la policía o los bomberos.

Por otro lado, el torpe sistema de patrocinios bajo el que opera Lantigua también esta llamando la atención. Un cambio del personal del departamento de policía ha alimentado un circo continuo de acusaciones y recriminaciones, por no hablar de las sospechas de una investigación federal secreta. En enero de 2010, en seguida de su toma de protesta, Lantigua bajó de categoría a Mike Driscoll, jefe alterno del departamento de policía. Driscoll era un veterano que había trabajado 20 años en el departamento y lo remplazó con el sargento Melix Bonilla, quien fue su principal asistente de campaña.

No había pasado mucho tiempo antes de que Bonilla se viera involucrado en su propia controversia. Aproximadamente un año después de su nombramiento como jefe alterno, su hijo, Jamel Bonilla de 17 años, supuestamente usó la pistola de su padre para asaltar una casa residencial (según el periódico Eagle-Tribune, Melix sólo admitió la parte de los cargos enfrentados por Jamel que le permitieran inmunidad de prosecución; Jamel fue acusado y se declaró inocente.) Luego, en abril de 2010, Bonilla mandó un memo al jefe de policía John Romero sugiriendo que el departamento intercambiara ciertos vehículos incautados con un comerciante de automóviles local, Bernardo Pena, que estaba a su vez vinculado con Lantigua. A fin de cuentas, el departamento de policía intercambió 13 vehículos, incluyendo un Lexus, un Cadillac, y un Acura, por cuatro Impalas Chevrolet usados.

Nombrado por el estado, el supervisor fiscal de Lawrence, Roberto Nunes, estimó que la ciudad perdió $36,408 en el intercambio y dijo que violó leyes estatales y federales. (Según el Eagle-Tribune, la oficina del procurador del distrito de Essex County junto con el inspector general del estado siguen investigando el trato y el FBI ha cuestionado personas involucradas en el asunto.)